Hace unos días me escribió una chica
porque quería nueve toallas.
Hasta ahí todo normal.
Pero las quería iguales y yo pensé "otra despedida de soltera".
Así que le recomendé que aunque las quisiera para un momento todas iguales,
cada una con su nombre, que no lo hiciera,
que cada amiga eligiera su color con la tela que le gustara
porque le iban a dar mucho uso
y que por hacer la sorpresa del momento,
que quizás no merecía la pena.
Peeeeero, sorpresa, no era para un grupo de amigas, ni despedida de soltera...
Es para algo mucho más emotivo.